12.6.06

Mireu com s'incinera amb les tecnologies més modernes i més respectuoses amb el medi ambient i amb la salut de les persones. Publicat al Diari NO TAN A PROP
La legislació diu que cal incorporar la tecnologia disponible en cada moment en les mesures correctores, per reduïr els efectes perjudicials de l'activitat.
Preguntes freqüents de la gasificació per plasma
Nova tecnologia per tractar residus, els abocador i incineradores tecnologies obsoletes.
Tecnologia espanyola Acciona
Grup Acciona pioners en sostenibilitat
La Consellería de Medio Ambiente ha decidido que el destino de la basura que se produce en el sur de Galicia y no puede reciclarse será convertida en vidrio.

Así, mientras no se conozca el nuevo Plan de Residuos Urbanos, supuestamente estará listo en octubre, esta será la medida a tomar por la Consellería.La tecnología de plasma es una tecnología totalmente innovadora, que consiste en la desintegración molecular de los desechos no recuperables con plasma, un gas que alcanza temperaturas de 3.000 y 10.000 grados. En estos momentos esta tecnología sólo se aplica a nivel industrial en Madrid para los desperdicios médicos.La gasificación por plasma se emplea en Canadá y Francia, pero aplicada a la eliminación de residuos tóxicos, ya que para tratar la basura sólo se utiliza en Japón.No obstante, esta iniciativa tiene también sus inconvenientes, ya que las plantas tienen poca capacidad de tratamiento, y dependiendo de los residuos que se vayan a tratar, haría falta establecer más de una planta.La ubicación que se ha propuesto, es el futuro polígono ambiental sostenible que se está promoviendo en Carballeda de Avia, Ourense.

La gasificación por plasma utiliza temperaturas muy altas -entre 3.000 y 10.000 grados- en condiciones de ausencia casi total de oxígeno para descomponer los materiales de desecho a una estructura molecular básica. Este sistema no quema, porque no hay oxígeno suficiente para ello, como hacen las calderas. Convierte los desechos orgánicos en un gas compuesto de monóxido de carbono e hidrógeno que aún contiene toda la energía de los residuos, con lo que los desperdicios inorgánicos acaban transformados en vidrio inerte. A diferencia de cualquier otro tratamiento térmico de residuos (incineración o pirólisis) y debido a que no se trata de un proceso de combustión, sino de atomización de la materia, no se producen emisiones contaminantes a la atmósfera (dioxinas, furanos u óxidos de nitrógeno y azufre) ni cenizas, tan sólo quedan gases simples y un sólido inerte completamente vitrificado que puede ser empleado en la construcción, para la obtención de mobiliario urbano o incluso como elemento decorativo. Desintegración El sistema es sencillo en apariencia: en el horno se calienta el gas mediante un arco eléctrico, con lo que se forma el plasma (gas con sus átomos ionizados) y luego se introducen los residuos que, en estas condiciones, sufren un proceso de descomposición molecular desintegrando prácticamente el original, que queda como una masa vitrocerámica de propiedades físico-químicas completamente diferentes a las iniciales. La Voz de Galicia

El destino de la fracción de la basura del sur de Galicia que no pueda reciclarse será convertirse en vidrio. A falta de que el nuevo Plan de Residuos Urbanos, que se conocerá previsiblemente en octubre, defina de forma definitiva cuál será el modelo que se seguirá y si, tal y como todo indica, es necesaria una planta de tratamiento de desperdicios en el sur, la Consellería de Medio Ambiente ya tiene su propuesta: la tecnología de plasma. Se trata de una tecnología innovadora -en España sólo se está aplicando en Madrid a nivel industrial para eliminar los desperdicios médicos- que consiste en la desintegración molecular de los desechos no recuperables con plasma, un gas extremadamente caliente que alcanza temperaturas de entre 3.000 y 10.000 grados. El resultado final es un vidrio que puede reutilizarse. El proceso no tiene nada que ver con la incineración, la única opción que no quería la Xunta, y no produce emisiones contaminantes a la atmósfera. «Este é o modelo que a Xunta vai propoñer», confirmó el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, quien, de todas formas, matizó que la implantación de este sistema o cualquier otro alternativo dependerá del grado de consenso que se obtenga. «O compromiso noso é pactar o novo modelo, porque quenes o van ter que ratificar son os investigadores das universidades, os colectivos ambientais e os propios concellos, porque esto ten que partir dun gran acordo. Temos que partir da base de que nós temos que poñer en marcha o modelo que menos rechazo final xenere», asegura Vázquez. Pionera La gasificación por plasma, un método que también recibe esta denominación, se emplea en países como Canadá o Francia, aunque en principio para la eliminación de residuos tóxicos o industriales. Para el tratamiento de la basura urbana, el modelo sólo se está aplicando de forma generalizada en Japón, por lo que, de confirmarse finalmente el sistema, Galicia podría ser pionera en España. El problema es que por ahora estas plantas tienen poca capacidad de tratamiento, ya que rondan las 50.000 toneladas y, como mucho, puede alcanzar las 150.000. Si es necesario implantar una o más dependerá de la fracción de rechazo de residuos que se genere en el sur de Galicia, fundamentalmente las provincias de Ourense y Pontevedra, algo que se definirá en el plan de residuos que se está elaborando. «Despois de que saquemos o lixo que poidamos para a reciclaxe e a compostaxe será cando poidamos definir si temos que poñer unha, dúas ou tres plantas, ou incluso tres en serie no mesmo sitio», apunta el conselleiro de Medio Ambiente. Gran gasto energético La instalación se ubicará probablemente en el futuro polígono ambiental sostenible que tanto la Consellería de Medio Ambiente como la de Vivenda promueven en el municipio ourensano de Carballeda de Avia. El objetivo de la Xunta es que la planta que albergue el nuevo modelo de tratamiento de basura se adjudique a finales del 2007 para empezar las obras a principios del 2008. La tecnología de plasma parece convencer a los responsables de Medio Ambiente, pero no todo son ventajas. Su principal problema, independientemente de que la tecnología aún no ha sido lo suficientemente probada en España para el tratamiento de grandes cantidades de residuos sólidos urbanos, es que para su funcionamiento se necesita una gran cantidad de energía, lo que también acarreará un gasto mayor que probablemente, si no se articulan métodos alternativos, redunde también en la factura de la basura que tienen que pagar los ayuntamientos. «El consumo energético que requiere es muy alto y la recuperación no lo es tanto, con lo que el balance es negativo», explica Joaquín Buergo del Río, director xeral de Avaliación e Calidade Ambiental.
La Voz de Galicia



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